Saturday, November 17, 2012

12 razones para viajar con Virgin Atlantic


Nunca había viajado con Virgin Atlantic. Compré el pasaje con un poco de desconfianza a través de Kayak.com, porque era el más barato y uno de los vuelos más cortos de Boston a Londres (para después tomar otro vuelo -vía British Airways- a Bruselas). De las mejores experiencias de todo mi paseo EEUU-Europa-Canadá, acá hay no 5, no 10, sino 12 razones para que la elijan como aerolínea:

1. El menú. Te lo dan impreso, tal como en los matris, y no sólo tienen 3 opciones de comida -incluida una vegetariana-, sino además puedes solicitar un plato vegano sin necesidad de avisar con anticipación. Secos.

2. Los pasillos. Híper amplios. Y yo pagué coach no más po.

3. Agua. Los pasillos, aparte de amplios, tienen dipensadores de agua. No es rico llamar a una azafata a las 3 de la mañana porque el vasito de 4ml que te dieron del carrito se te acabó y te mueres de sed.

4. Los baños. Yo soy una niñita media pudorosa, pero baños así de grandes y rechinantemente limpios como que te llaman a hacerte socia del Mile High Club. Y a creer que esta escena de Snakes on a Plane, la película más wevona del mundo, ya no parezca tan improbable. Por lo de las serpientes, claro.

5. El crew. Son todos lindos, rubiecitos y con un acento total. No sé si me encanta el acento británico, pero las vocecitas suaves y amables -sobre todo cuando las tienes que escuchar cada media hora por el altoparlante- efectivamente son un plus. Y yo no soy la única que cree que los cabros son guapos.


6. Chocolate caliente en mitad de la noche. ¿Es broma? Estuve a punto de pedir un guatero también. Es bien probable que me hubiese llegado.

7. Reciclaje. Pasan con bolsas especiales para recolectar plásticos y papeles y evitar que se mezclen con el resto de la basura. Capos.

8. Jugo de naranja antes del desayuno. Self-explanatory y como un súper regaloneo de domingo.

9. Amenity kit. Esas cosas como de otrora que las aerolíneas ya no hacen: al llegar te entregan un estuchito con un lápiz, calcetines, antifaz para dormir y pasta y cepillo de dientes. Que a todo esto me salvó en Dinamarca cuando el mío se cayó al WC =).






10. Donaciones. El amenity kit viene con una bolsita de papel donde uno puede echar cualquier tipo de moneda que le haya sobrado de un viaje, y que ellos donan a diferentes instituciones.

11. Pantallas personales con montones de películas, series y juegos. Casi todas las aerolíneas las tienen ahora, pero sigue siendo un agrado para un vuelo corto y barato.

12. Good-bye treats. Al salir del avión, la azafata te regala una sonrisa y una cajita con dulces de corazón como estos.

Bonus track: El avión. Es precioso =). Mírenlo.




Friday, November 16, 2012

5 platos vegetarianos imperdibles de EEUU

Grilled artichoke (o la flor más rica del mundo)

Una simple alcachofa hecha a la parrilla con salsa aioli (ajo y aceite) y chips de papas. Intenso el plato, como todo lo gringo, y, a pesar de ser aperitivo, suficiente como para una comida completa, como todo lo gringo.

¿Dónde? Yard House en 40770 Winchester Rd, Temecula, California.




Falafel wrap (o la alegría egipcia envuelta en libros)

Lo exquisito acá no es sólo la comida, sino también el ambiente. Este café lleno de libros existe desde los 80, y surgió de la idea de hacer un lugar donde poder leer con una buena taza de café. De a poco se amplió el menú, y ahora hacen un wrap de falafel con hummus, queso feta, lechuga, tabule y tzatziki que deja a cualquier hamburgorda por el piso. El tabule es como una especie de pebre libanés y la salsa tzatziki tiene yogur, pepino, ajo y otros aliños. Chuta, me dio hambre. 
¿Dónde? Trident Booksellers&Cafe en 338 Newbury Street Boston, Massachusetts.



Panini Grilled Cheese Sandwich (o la delicia más sencilla del mundo)

Un panini relleno con tomates asados, rúcula y una mezcla de quesos cheddar, mozzarella y jack, acompañado de trocitos melón (eso sí, la fruta en Arizona es harto mala porsiaca!). Un simple pan con queso tan demasiado bueno es una cuestión inexplicable. Pida también la porción de camote frito en un mini carrito de supermercado. Una mezcla rara de dulce y salado y la ternura total.

¿Dónde? Delux Burger en 3146 E Camelback Rd, PhoenixArizona.







Puttanesca Pizza (o la sabrosura italiana senza animali)


Me gusta un poco la alcachofa al parecer. Alcachofitas, aceitunas negras y albahaca, con queso pecorino y mozzarella... cuáaaatica. La fila para entrar puede durar fácil una hora; haga reserva.

¿Dónde? Regina Pizzeria en 11 1/2 Thacher Street, Boston, Massachusetts.





Hummus Trio (o la Trinidad de reshupete)

Comí esto el año 2006 y nunca lo pude olvidar. Volví 6 años después y resulta que el plato lived up to my expectations y más allá. Hummus clásico, hummus de pimentón rojo asado y hummus de cilantro y jalapeño, para comer con todos los pan pita (de esos gorditos verdaderos) que se te ocurra. Espero poder volver a comerlo antes del 2018.

¿Dónde? Pita Jungle en 7366 E. Shea Boulevard, Scottsdale, Arizona.


Gente pochita y feliz después de comerse todo Pita Jungle.


Tuesday, November 13, 2012

5 razones para ir a Brasil

1. Por apenas 2900 pesos el kilo, comes un tremendo plato de sushi, de ensaladas, de carnes o de pastas (o un poquito de cada cosa) y recibes una tremenda sonrisa reluciente de un negrito musculoso.

2. Te pones un pareo y haces las compras en bikini por la calle y no te sientes a punto de ser violada.

3. Para los que les gusta el ajo: ni los tallarines se escapan del oloroso aliño, y como todos comen, todos huelen igual y en fin... nadie apesta.

4. Ves una película en ruso por el HBO2 (porque hasta en las favelas todas las casas tienen SKY) y la entiendes casi completa con los subtítulos en portugués.

5. Lo más bacán de todo: incluso después de apenas 7 días en Brasil, vuelves a tu país y te das cuenta de que los chilenos tenemos acento!

Persona muy feliz en Brasil.

5 razones para no ir a Brasil

1. El consumo de cremas para peinar debe ser excesivo... la humedad hace que todos saquemos a la Diana Ross que llevamos dentro.

2. La tentación de probar los camarones y también los ñoquis y también la pizza y también los porotos por apenas 3 lucas suele traer consecuencias desfavorables para el sistema digestivo.

3. Repentinamente, tu relación con los huracanes se vuelve bastante amistosa (sobre todos con aquellos que podrían arrasar con todos los aeropuertos internacionales el día en que debes volver a Chile).

4. Llegas a Chile y la ausencia total de mulatitos en la cola del Líder te provoca una frustración nunca antes experimentada.

5. Más encima... nadie comprende que llevas 7 días comiendo ajo al desayuno, al almuerzo y la comida.


Persona triste en Brasil.


5 razones para no ir a Bolivia




1. El tránsito. Si usted es urgido por la situación vehicular como yo, en La Paz se va a volver loco. Creo que en los 5 días que estuve dando vueltas por todos lados vi dos semáforos (y no recuerdo ningún signo PARE); hay calles de una sola pista que, curiosamente, son de doble sentido; y el peatón tiene cero preferencia, es más, es como una molestia para el conductor -lógico porque tampoco hay mucha vereda-. Y obviamente todo lo que no está resuelto por métodos tradicionales, el boliviano lo resuelve con la bocina. Estrés.

2. Las edificaciones sin terminar. Hay millones y millones, en todas partes, de todos los tipos. Es como si empezaran ultra embalados, y al llegar al techo se les acaba la energía. O los materiales. O nadie les quiso pagar los tijerales, no sé. Al principio asumí que era una ciudad en evolución, pero según lo que nos explicaron al final del viaje, todo el mundo deja las casas sin techo o los edificios con su último piso inconcluso para evitar pagar los impuestos.






3. El baño. Creo que en todo mi viaje, estuve en un baño donde me sentí cómoda. No es que yo sea una princesa, pero uno necesita al menos un lugar donde poder sentarse de vez en cuando sin pensar que va a salir un monstruo a comerte el poto o que el olor te va a hacer convertirte en Hulk.


Instrucciones de uso del baño.








4. El polvo. Hay polvo en todas partes, pero donde es más terrible (y se siente, y molesta) es en el viaje de doce horas por un camino de tierra desde La Paz a Uyuni. No hay pañuelo ni bufanda que aguante, y después sonarse es una experiencia semi dolorosa . Uno va con ganas de respirar aire no-santiaguino, y al final tampoco es mucha la pureza que uno encuentra.

5. La comida al aire libre. No tengo ni un problema con que se venda comida en la calle -de hecho es harto bueno- pero ver el yoghurt y la mayonesa a temperatura ambiente debajo del sol de La Paz... no, eso no.

Bonus track: La cuchara. No para comer precisamente: el corazón a mí se me fue a las pailas. Este es un país en diagonal, uno o va de bajada o de subida, como que no hubiera planicies nunca. Estuve los 11 días sintiéndome como un cincuentón bueno pa'l cigarro y el choripán, que juega un partido al mes y va con todo a meter el gol. Como al borde del ataque cardíaco así.

El país en diagonal.

Monday, November 12, 2012

5 razones para no ir a la Isla de Pascua


1. El costo 'e la vida sube otra vez. Si usted está acostumbrado al Combo Vampiro de 2 lucas la Copec, a la hamburguesa de $590 del McDonalds o al nutritivo completo vaquero del Doggi's por $490, no vaya la Isla de Pascua. Su bolsillo no está preparado para la hazaña de pagar $1350 por una bolsita de mermelada o $1800 por 200 eme-ele de té verde. Ni menos las 2 lucas doscientos del kilo de pan. Por el precio de una once allá, usted se manda 10 McFiestas acá.

2. La conversación. ¿Usted es romántico/a? ¿Le gusta la poesía, la filosofía, busca la explicación a la creación del mundo, la razón de nuestra existencia? ¿Disfruta una conversación de vastas profundidades? Quédese en Santiago. Eso de que Chile es país de poetas claramente se estableció antes de 1888.


3. Las cocalecas están por todos lados. Si ya ver una cucaracha es bastante cerdo, ver una voladora, no sé cómo explicarlo. Si usted le tiene miedo al bicho en general, no vaya a la Isla. O cómprese mucho OFF! (pero ojo que el repelente no implica que se hagan invisibles o impisables - crunch!)

4. La playa pero no. Si su vacación ideal es la playa, entonces no se entusiasme tanto. La isla es, efectivamente, una isla, y está rodeada de mar. Pero eso no quiere decir que esté rodeada de playas. Las únicas dos que según yo valen la pena son Anakena y Ovahe. Maravillosas, sí, pero sólo esas dos y bien alejadas del centro.

5. Lo justo y necesario. Váyase con la idea de que Rapa Nui es un lugar de vacaciones. No se proyecte más de la cuenta. Con una semana va a estar perfect, mucha internación puede matarle la magia. Tal como uno no se mete tras bambalinas en una obra de teatro, la isla necesita que su backstage no sea transgredido.

Gente no feliz en Rapa Nui.
Pero no todo es malo. Las 5 razones para sí ir, acá.

5 razones para ir a la Isla de Pascua



1. ¿Chilenos? Se dice que el chileno es deshonesto, entonces ahí claramente el pascuense no es chileno. La gente es honesta a más no poder, servicial y generosa. Mi amiga perdió su banano entero, billetera y mp3 incluídos, y lo recuperó (gracias al aviso que nos dejaron dar en la radio) intacto, al día siguiente.



2. La energía. No es mito; hay una cosa energética rara en la Isla. Yo soy dormilona, me gusta comer, y podría pasar mi vida entera igual que un gato frente a un televisor. Allá en cambio con 4 horas de sueño, se puede cocinar, pasear, tomar sol, limpiar, ensayar pa la Tapati, caminar, carretear; y comiendo bastante poco. A todas nos encontraron flacas en el aeropuerto. Un poquito más caro que un gimnasio, pero vale la pena =)

3. El paisaje. Da lo mismo donde usted vaya, el paisaje siempre es cuático. No hay que ponerse exquisito y esperar ver arquitectura ondera y limpieza en todas partes -porque así no es-; pero todo eso se compensa con lugares como el Rano Kau (de la foto de arriba), Anakena, las cuevas y un cielo siempre azul.

4. Iorana, amigo. Si Ud. se fascina con otras culturas igual que yo, this is the place. Es una delicia escuchar un idioma diferente intercalado con castellano. (El castellano con acento, eso sí, forma más parte de las razones para no ir a la Isla). Mucho más delicioso es ensayar para la Tapati. La música, el baile, increíbles. Lejos la mejor experiencia del viaje.

5. El moái. Señor don Moái, con mayúscula y todo, porque chuuu, le inspiran el respeto. Es cuático cómo uno camina como agachado cerca de ellos. No sé si será lo gigantescos, lo antiguos, lo pesados o lo misteriosos. La cuestión es que valen la pena. Aproveche de ver el amanecer en los 15 moáis de Tongariki.

Amanecer en los 15 moáis.





Pero no todo es bueno. Las 5 razones para no ir, acá.